viernes, 16 de marzo de 2012

¿Por qué nuestros profesores no son profesores?

Puede que el título despiste un poco pero cuando hayáis leído todo el texto lo entenderéis.

Actualmente estoy cursando la especialidad de finanzas y contabilidad en una universidad de empresariales, que por cierto el año pasado se cambió el nombre para pasar a ser una "escuela de negocios". A lo que iba, se supone que para ganar prestigio o dar una mayor calidad en la enseñanza lo que hacen es contratar a expertos en temas de inversión, abogados fiscales, consultores y demás. Hasta aquí todo muy bien, incluso dan ganar de alistarse para poder gozar de las clases de todos estos sabios.

El problema viene cuando te sientas en tu sitio y el experto comienza a dar la clase. Se nota que sabe mucho más de lo que tú podrías saber del tema en toda tu vida, gráficos preciosos, tablas de datos de miles de empresas, tecnicismos "biensonantes", en resumen, todo tipo de elementos que se emplean en ese área. Sin embargo, por muy bien que suene todo lo mencionado, lo más probable es que si estabas sentado conmigo no hayas entendido nada. No sólo porque puedan hablar de forma técnica, eso al fin y al cabo se pregunta y se arregla, si no porque sabrán mucho del tema pero no tienen idea alguna de cómo explicarlo. Están familiarizados con la teoría que dan porque es su día a día pero para alguien que lo oye por primera vez suena a chino, y la cosa es que no saben explicarlo para que alguien novato lo entienda.

Muchas veces en post anteriores he dicho que un profesor tiene que saber enseñar y educar, aunque a estas alturas de la vida lo de educar debería estar hecho, así que con saber enseñar bien bastaría. Al fin y al cabo de lo que aprendamos ahora dependerá nuestro futuro laboral.

De ahí que ninguno de nuestros profesores sea profesor. Tenemos muchos y buenos profesionales y expertos en sus áreas, pero ninguno que sepa transmitirnos los conocimientos de manera adecuada.

Si seguimos por este camino vamos a acabar mal porque la frustración que causa el no entender de lo que están hablando, por mucho que te lo intenten explicar a su manera, hace que los resultados académicos sean malos, los conocimientos a futuro sean igual de insuficientes y el sentimiento contrario hacia esa asignatura irá creciendo poco a poco.

Espero que no lleguemos a este extremo pero tampoco sería descartable que más de un aficionado a las finanzas acabe por dejar la especialidad por culpa de los malos "profesores".

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